Texto: Olga Agustín

‘Happy modern’, así bautizaron Vanessa Contín y María del 
Mar Moré este apartamento de recién casados, enraizado en el corazón capitalino, cuya composición moderna y limpia se vio enriquecida con innovadores detalles.

Desde que Vanessa Contín y María del Mar Moré interactuaron con los recién casados que hoy moran en esta torre de La Esperilla, para ofrecerles sus servicios como diseñadoras de interiores, la química profesional entre ambas parejas fue inmediata.

Por un lado, estas profesionales egresadas de UNIBE proponían la ejecución de un espacio único; mientras que los anfitriones precisaban la creación de un hogar dinámico y moderno, pero dotado de calidez.

De ese modo, Contín y Moré se ciñeron a una paleta cromática en tonos grises y blanquinegros, tal y como se lo habían pedido inicialmente los propietarios, hasta el día en que la anfitriona se presentó ante las dos especialistas con una obra de Romero Britto bajo el brazo. De ahí en adelante, “El abrazo” marcó el punto de partida no solo de la sala donde reposa actualmente, sino del resto de las áreas que son más alegres y coloridas desde que llegó este cuadro.

Estas jóvenes promesas del diseño todavía se divierten al recordar cómo el anfitrión de este proyecto de 140 metros cuadrados complació en todo a su futura esposa, menos en el cuarto de estudio donde “diaria- mente aparecían, como por arte de magia, personajes en miniatura de Star Wars... Sin hablar mucho, nos dejó muy claro que ese sería su espacio (Risas)”.

Tan pronto se ingresa al apartamento, el área de estar abraza al visitante con una zona de lectura; un espacio que cuenta con un mueble de apoyo para los libros y la colección musical. Allí también se observa parte del mobiliario que ya tenía la pareja (el sofá blanco, la mesa de centro y la butaca en color turquesa), así como algunas piezas (mesas laterales y una lámpara de pie con aspecto industrial que confiere una iluminación idónea para leer) que son arropadas por “El abrazo”, una de las obras del artista brasileño Romero Britto.

En el comedor se dispuso una mesa cuadrada, de base blanca y tope en vidrio, que se hace acompañar de ocho sillas grisáceas en combinación con el sofá de la sala principal. Del techo pende una composición de tres lámparas en negro sobre una base gris, que también resalta la geometría del espacio. De su lado, en la pared de fondo, un trío de espejos horizontales se ve coronado no solo por un mueble de apoyo en blanco con un tope de vidrio negro, sino por una serie de arreglos florales en rojo.

Frente al estar se encuentra la sala. Su pared principal, revestida de un elegante papel tapiz, exhibe una ligera textura que engalana dos áreas colindantes. Sobre este paramento se luce un tríptico en acrílico con un arte creado (por la empresa Telaio) en relieve, y debajo se despliega un sofá grisáceo en L que combina con una banqueta en amarillo y unos cojines decorativos en azul, amarillo y gris. Como broche de oro, una mesa de centro en negro con tres esculturas que evocan la figura humana en distintas posiciones, montadas sobre bases de espejo cuadradas, confieren el toque diferencial.

En la habitación principal el matiz distintivo lo da una composición de seis cuadros que conforma una imagen de una playa del país; de igual modo, y con el ánimo de aprovechar el tema costero, se despliega un cubrecama en blanco y azul marino, con patrones geométricos, y se integra el tono crema en las cortinas y la ropa de cama.

Como si se tratase de un refugio recreativo, en el estudio se concentran un mueble aéreo para la televisión y ciertos elementos lúdicos, junto a repisas provistas de piezas decorativas. Igualmente, el sofá-cama funge la doble función que su nombre indica, mientras que los otomanes además de ser asientos funcionan como mesas de apoyo para el sofá.

Proyecto: Apartamento L&A
Diseño & Ejecución: Dis. María del Mar Moré y Dis. Vanessa Contín
Fotografías: Gustavo José Moré y Pedro Jaime Fernández [Revista LaCasa]
Ubicación: Polígono Central de Santo Domingo.
2014

Proyecto publicado en Revista LaCasa.
Febrero 2015.